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—¿Por qué cuando te nos escapaste de Culiacán no te fuiste pa´ la sierra? ¿Por qué te quedaste en Mazatlán donde sabías que era más fácil para nosotros rastrearte?
—Ya me iba a ir pa’l monte, pero no había visto a mis niñas.
Y en efecto, la cuna de viaje con las dos cuatitas durmiendo —las más pequeñas de los 16 hijos del capo— estaba en la recámara contigua a la habitación en cuyo baño fue aprehendido el líder del cártel de Sinaloa.