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En el laboratorio de Theo Ross de la Universidad de Michigan, en el que trabajan el postdoc Vipul Bhrigu y la doctoranda Heather Ames, se colocaron dos cámaras ocultas. Ella sospechaba que alguien saboteaba su trabajo desde hacía meses. Bhrigu fue pillado in fraganti.
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En el laboratorio de Theo Ross de la Universidad de Michigan, en el que trabajan el postdoc Vipul Bhrigu y la doctoranda Heather Ames, se colocaron dos cámaras ocultas. Ella sospechaba que alguien saboteaba su trabajo desde hacía meses. Bhrigu fue pillado in fraganti. Heather nunca hubiera sospechado de su buen amigo Vipul. Él ya se veía en la cárcel, pero la jueza Elizabeth Pollard Hines le ha concedido la libertad condicional a cambio de pagar una multa, quizás haya influido que la mujer de Vipul está embarazada. Vipul ha violado su libertad condicional y ambos han retornado a India. ¿Por qué Bhrigu saboteó el trabajo de su amiga Ames? Quizás por envidia, la tesis doctoral de ella estaba obteniendo resultados muy interesantes. Estos hechos ocurridos en la Universidad de Michigan no son el único caso de sabotaje y acoso dentro de un laboratorio. ¿Deben tomar las universidades medidas al respecto? Nos lo ha contado Brendan Maher, “Research integrity: Sabotage!,” News Feature, Nature, 29 September 2010.

Heather Ames desarrolla su tesis doctoral sobre el cáncer en el Laboratorio Ross de la Universidad de Michigan. El 12 de diciembre de 2009 notó que algo iba mal. Parecía como si alguien hubiera intercambiado las etiquetas que pegaba en sus cultivos celulares. Decidió escribir directamente en la tapa con un rotulador imborrable. Pero entonces empezaron a aparecer manchas “raras” en sus cultivos. Las analizó y había proteínas y anticuerpos que no debían estar allí. Pensó que alguien saboteaba sus experimentos. Sus amigos le acusaron de paranoica. Bhrigu llevaba varios meses de sabotaje meticuloso del trabajo de Heather, manipulando sus experimentos y envenenando sus cultivos celulares. El 28 de febrero de 2010, Heather decidió enviarle un e-mail a su jefe, Ross, creía que tenía pruebas de que alguien había saboteado su trabajo científico. Ross dudó al principio. Consultó con varias personas que le sugirieron que Ames estaba pasando una mala racha en su trabajo y que buscaba inculpar a alguien. Pero Ames fue muy persistente, por lo que Ross decidió tomar cartas en el asunto.

Ross consultó con los servicios jurídicos de su universidad. Ray Hutchinson, vicerrector encargado de estos servicios, y Patricia Ward, la directora, nunca se habían enfrentado antes a un caso así. Tras varias reuniones, contactaron con el departamento de seguridad pública de la universidad (la policía del campus). Ames fue sometida a dos interrogatorios y a un detector de mentiras. La policía de la universidad decidió que no mentía. A las 4:00 de la mañana, el domingo 18 de abril de 2010, los policías instalaron dos cámaras ocultas en el laboratorio. Ames trabajó el domingo hasta las 5:00 pm. El lunes por la mañana en torno a las 10:15 observó de nuevo algo raro en sus cultivos del día anterior. Ross y un policía revisaron las grabaciones de las cámaras de vídeo. Bhrigu entró en el laboratorio a las 9:00 am de la mañana del lunes. De espaldas a la cámara hurgó en la nevera en la que estaban los cultivos de Ames durante 46 segundos. Ross no podía estar seguro de lo que hizo, las cámaras no lo mostraban. La policía del campus interrogó a Bhrigu. Cuando le dijeron que habían instalado cámaras ocultas en el laboratorio, pidió un vaso de agua y confesó. Dijo que había saboteado el trabajo de Ames desde febrero. Negó estar involucrado en los incidentes de diciembre y enero.

¿Por qué Bhrigu saboteó el trabajo de Ames? Ambos trabajaban en el mismo proyecto, pero no estaban en competencia directa. Bhrigu dice que sintió presión por parte de Ross. Quien había criticado la formación que recibió cuando desarrolló su tesis doctoral en otra universidad: su formación era incompleta y sus hábitos de trabajo no eran los más adecuados. Bhrigu afirma que “tenía celos de los avances de Ames y quería que aminorara su velocidad  de progreso.”  

La sentencia de la jueza Pollard Hines contra Bhrigu incluye pagar 8.800 dólares americanos por daños y perjuicios, más 600 dólares en multas por cargos judiciales, así como realizar 40 horas de servicio comunitario y someterse a una evaluación psiquiátrica en los próximos 6 meses. Moco de pavo comparado con los 72.000 dólares que estimó Ross, a petición del fiscal, que suponían todos los gastos del laboratorio provocados por el sabotaje de Bhrigu. En concreto, Ross incluyó todo el sueldo recibido por Bhrigu durante el año que estuvo con Ross, la mitad del de Ames, 6 meses de trabajo para un técnico que ayude a Ames a recuperar su trabajo y una cuarta parte del coste de todos los reactivos consumidos por el laboratorio durante 6 meses. La jueza consideró que 72.000 dólares era una cifra excesiva. Bhrigu y su esposa abandonaron el país para retornar a la India. Bhrigu ha violado su libertad condicional, ya que hay una nueva vista para el caso en octubre. Nadie sabe si retornará a EE.UU. Incluso es posible que si vuelve dentro de unos años, la justicia americana no haga nada por detenerlo.

En España este tipo de casos se elevan al Defensor de la Comunidad Universitaria quien tiene la obligación de mediar entre todas las partes para llegar a una solución, que puede incluir la toma de medidas legales por parte de la universidad.

Querido lector, ¿conoces algún caso similar al de Bhrigu-Ames en España o Iberoamérica? Si te apetece contarlo, puedes aprovechar los comentarios.

esparta, 14 years ago
'Ora si que "Pena sabotear ... y que te cachen"
Facso, 14 years ago
¿Envíaste esta noticia sólo para poner este comentario? xD xD
esparta, 14 years ago
Porsupuesto que *no*!