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La carrera por la vacuna del COVID-19 se ha encontrado con un cuello de botella inesperado en Estados Unidos: no hay suficientes monos para probarlas todas.
“Hay una gran escasez a nivel nacional”, dijo a The Atlantic Koen Van Rompay, especialista en enfermedades infecciosas del Centro Nacional de Investigación de Primates en California. De por sí costosa y controvertida, la pandemia ha dificultado aún más la adquisición de monos para ensayos preclínicos. “Ya no podemos encontrar ningún Rhesus. Han desaparecido por completo”.