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"No creo que subastar mi virginidad vaya a resolver todos mis problemas pero, al menos, conseguiré cierta estabilidad económica", dijo Natalie. Ofrecía su virginidad a través del sitio eBay, que rápidamente dio de baja el remate. Sin embargo, esta estudiante insiste en ofrecer su virginidad al mejor postor para poder pagarse el título universitario de experta en terapia matrimonial y familiar. Incluso, está dispuesta a someterse a un examen médico para demostrar que no hay trampa.