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Entre los médicos del hospital del ISSSTE “Carlos Calero Elorduy”, de Cuernavaca, hay desánimo por la estrategia que sigue el gobierno federal para enfrentar la pandemia del Covid-19.
En junio de 2020 el director general del ISSSTE Luis Antonio Ramírez Pineda, entregó al Instituto de Salud para el Bienestar el nuevo hospital para ampliar la atención a pacientes con Covid-19, tras 10 años de estar en la ruina.
Sin embargo, dicen los médicos, el personal es insuficiente, así como las herramientas para atender a los pacientes con Covid-19, por ejemplo, recuerdan que los primeros ventiladores que llegaron al Carlos Calero no eran de soporte de terapia intensiva sino de traslado.
Quienes luchan frontalmente contra el Covid-19 en el “Carlos Calero” de Cuernavaca aseguran que falló la estrategia gubernamental porque resultaría sencillo decir a “esos 30 millones de votantes” que usen el cubrebocas, pero “el hecho de negar que el Covid no iba a llegar y que nada más eran suficiente unos amuletos ‘detente enemigo’ para curar el Covid, y que ser no corrupto ayudaba, pues en qué cabeza cabe ese tipo de expresiones”, critican.
El 31 tuvimos el deceso de una persona que acudió con un médico brujo, le cobró 4 mil pesos de consulta y el pobre señor llegó al hospital pidiendo aire; lo hospitalizamos durante una semana, se complicó, estuvo 10 días en terapia intensiva, falleció el 31 y cuando la esposa pasó a reconocer el cadáver comenzó a llorar y a gritar que porqué lo había dejado, que voy a hacer con mis tres hijos.